Hola Gente!!! Nos encontramos nuevamente por este medio. Esta vez me gustaría comentarles sobre una idea que vino a mi mente… la de los edificios cuando son derribados. La implosión. Si no has visto hasta ahora una, busca, en youtube o en algún sitio por Internet y mira que impresionante es, que impactante, como puede ser que un edificio gigante caiga para ser construido uno nuevo sin destruir a los que están a su alrededor… una maravilla…

Cuantas veces se nos revelan palabras ya sea por predicas, lecturas, profecías, y en vez de tomarlas para nosotros mismos las tomamos para los demás.
Pensamos en que lo dijeron por este o aquel, “vos sabes como es ese… seguro la palabra fue para el o para ella” etc.. ya saben a que tipo de comentarios me refiero. Aun peor, agarramos las personas y le decimos “ esa palabra fue para vos” y esto es algo suave de tantas cosas que se dicen, ni nombrar las que se piensan… ignorándolas y no haciéndonos cargo de que es para nosotros. Solo queremos escuchar las palabras bonitas, las cuales son buenas, son miel al paladar, son consuelo en momentos de aflicción, pero hoy estamos hablando sobre palabras de edificación, y no hay edificación si primero no se destruye lo viejo.

Como estas palabras la mayoría de las veces son duras o las sentimos duras hacemos que las palabras que Dios nos esta hablando para edificarnos exploten, en vez de hacer que esas palabras imploten en nosotros mismos…

Y no solo las palabras sino cada una de las actitudes que tenemos, decisiones o acciones siempre tendrán una consecuencia… y cuando esa consecuencia llega y no nos gusta, en ves de hacer implosión y derribar todo lo malo que nos llevo a esa consecuencia que no nos gusta afrontar, hacemos explosión y nos la agarramos con quien mas cerca tenemos o con la cosa o persona por la cual nos llegan las consecuencias… y nunca nunca llegamos a querer ver en profundidad la raíz de la consecuencia… porque? Porque hacemos explosión.

Si en el momento que nos suceden cosas, recibimos palabras, o consecuencias de nuestros propios actos, pudiésemos ver porque sucedieron, que es lo que en nosotros esta mal para haber llegado a eso y pudiésemos hacer implosión de todo eso, destruir para adentro todo lo malo que nos llevo a ese momento y asi poder edificar de nuevo, seria lo que Dios pide de nosotros, porque El nos esta edificando cada día.

Ahora si en cada una de estas situaciones nosotros hacemos explosión solo estamos retrasando nuestro crecimiento, agrediendo a los demás, muchas veces sin que ellos tengan nada que ver.

Al hacer explosión estamos viéndonos en el otro y no a nosotros mismos, estamos exigiendo de los demás el cambio que debemos realizar en nosotros mismos, haciéndoles pagar un precio a los demás que tendríamos que pagar nosotros mismos… estamos caminando para tras y no para adelante, estamos escondiéndonos de nuestra bendición, de alcanzar nuestro propósito en la vida, de alcanzar nuestros sueños y por ende de ser exitosos, ya que Dios nos va preparando para todo eso a través de la edificación de nuestras vidas. Como cuando edificas algo con un propósito.

Aunque no lo crean, luego de enfrentar la situación, hacer implosión y ver como se edifica lo nuevo, lo bueno, uno esta totalmente agradecido a Dios por pasar por ese horno de fuego, al ver como brilla luego el oro, el oro fino. Dios dijo que hará nuevas todas las cosas y para hacerlas nuevas tiene que tirar abajo lo viejo. Como es un tu caso cuando Dios lo tira abajo? Haces explosión o implosión? Quedan todo lo que no es bueno en un solo lugar que Dios lo pueda tomar y tirar en el fondo del mar sin nunca mas recordar que eso estuvo ahí? O salta todo lo malo en mil pedazos contaminado a los que te rodean? Sabiendo que no solo a los que te rodean sino también a las generaciones venideras?

En todo este pensamiento llegue a la conclusión, así lo creo yo cave aclarar, que Dios solo usa a las personas que hacen implosión porque son las únicas que tirar sus propias miserias en si mismas sin desparramarlas para que Dios las puede juntar sin contaminar a los demás con ellas, y se edifica de nuevo cada día, a través de cada palabra, de cada consecuencia, de cada situación vivida, para luego bendecir a los demás con estas experiencias y con el carácter que Dios va formando en ellas; en cambio Dios no puede bendecir ni usar a personas que viven haciendo explosión y tirando todas sus miserias en la cara de los demás culpándolos de sus propios errores… porque que lugar tiene Dios en este tipo de personas? Si solo piensan en deshacerse de las consecuencias de sus propias faltas culpando a los demás?

Gente si tenes deudas pagalas, no culpes al cobrador porque viene a cobrar; si le fallaste a alguien pedí disculpas, no le culpes por no querer saber de vos; si hablaste mal de alguien comenza a hablar bien no le culpes o busques cosas que no son ciertas para justificar tus murmuraciones y mentiras; si amas al dinero mas que a otra cosa no culpes a quien tengas que pagar cuentas o a quien le debas, sino pone a Dios en primer lugar.

No eches tu basura sobre los demás, hacete cargo, implota y entregale tus miserias a Dios para que edifique cosa nueva, una casa que honre su nombre, con muebles y utensillos que lo glorifiquen. “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican” (Sal. 127:1). "Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto" (Ecl. 12:14)

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás. (Sal. 15)

Que las bendiciones de lo alto te den alcance, las disfrutes y las compartas!!!
Claudia D´Onofrio

Ref. Bib. Sal. 119:103, 102-.16; 1 Ped. 1:7; Mat. 7:24-26; Lc.4:48-49: Ef. 2:19-22; 1 Cor. 6:19.