Dejando Huellas

Posted by: Clau San

Hola Gente!!! Leyendo el salmo 84 me impacto el versículo 6, sin dejar de lado el 5 y el 7.

Vino a mi mente momentos que fueron difíciles y de los cuales creí que nunca saldría, que no iba a poder ver el amanecer de un nuevo día ante tal situación. Aun sabiendo que Dios caminaba conmigo, aun sabiendo que estaba haciendo las cosas bien, aun… aun… aun… aun no podía ver salida y el dolor traspasaba mis huesos, el dolor de dejar cosas que creía eran buenas pero Dios sabia que a su fin no eran buenas, otras que yo sabia que no eran buenas a su fin, pero igual dolía dejarlas… y muchos mas “aunes” había todavía…

Y así como vino a mi mente todas esas situaciones difíciles vino a mi mente la victoria sobre cada una de ellas… era como cruzar la tormenta, la de los Apóstoles cuando temían no llegar al otro lado y llegaron, porque Jesús se levanto de su descanso, ante el pedido de ellos y reprendió con autoridad lo que asustaba a los Apóstoles (Marcos 4:38-40).

Así mismo, cada victoria sobre esas situaciones es llegar al otro lado con la compañía de Jesús, sea que “duerma” o que este despierto…sabiendo que ante nuestro clamor se levantara y peleara por nosotros, llegando a obtener la victoria sobre cada situación… también que bueno es que tengamos la confianza que brinda el tener intimidad con Jesús como para “despertarlo” y pedirle que nos de fuerzas para seguir y lograr lo que el nos ha determinado desde la eternidad.

Hago una salvedad con respecto a lo de “dormido” lo tomo como en los tiempos en que creemos que El no esta o no nos escucha pero que si esta y si nos escucha solo que esta probando nuestra confianza en El y en sus promesas, y nos esta educando, formando para llevar a cabo el propósito por el cual fuimos creados (es lo que creo).

Y como consecuencia de todo esto llegamos a ver, (versículo 6 “Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques”), en esos tiempos, que los que seguimos sus caminos (sal 84:5), iremos atravesando esas situaciones difíciles, esas que no entendemos, que pensamos que nunca saldremos de ellas, en los cuales derramamos nuestras lagrimas, que dejaremos huellas.

Huellas de lagrimas para que los que vienen detrás sepan por donde andar, sepan que Dios suple, que Dios siempre esta, que Dios en su momento se dejara ver victorioso, glorioso, derramando sus lluvias de bendiciones sobre nuestras vidas haciendo que cada valle de lagrimas por el cual nos toca caminar lo cambiemos en estanques.

En estanques donde los que pasen por ahí tengan aguas frescas para beber y renovarse y así seguir el camino al propósito que Dios ha creado desde la eternidad. Sabiendo que si Dios lo ha prometido y lo ha cumplido con cada uno de nosotros lo hará también con los que vienen detrás…

Venimos leyendo que al pasar por los valles de lagrimas lo cambiaremos en fuentes cuando Dios envié su lluvia y no solo eso sino agrega que, (versículo 7 “Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion”), iremos de poder en poder y que VEREMOS A DIOS EN SION, le veremos a El en cada uno de esos valles. Y esos mismos valles, de los que creemos que hoy no saldremos, esos mismos son los que nos llevaran de gloria en gloria…

Dice Dios que sus caminos no son los nuestros y en este salmo lo podemos comprobar, ya que si es por nosotros creemos que pasar por los valles de lagrimas solo nos produce dolor y aflicción y que nada bueno sacamos de ellos.

En cambio para Dios es ir de Gloria en Gloria, es abrir fuentes, cuando caminamos conforme a su voluntad, ya que El bendice en esos momentos pues no dejara la justo caido; es ser de inspiración a los que vienen detrás, es ser guia, es ser líder, es escribir la historia, la continuación de los “hechos” de los hijos de Dios, es dejar TUS HUELLAS en esta vida y en la eterna.

Es creer que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?. ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.


Romanos 8:28-39

Que las bendiciones de lo alto te den alcance, las disfrutes y las compartas!!!

Claudia D´Onofrio

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